En diálogo con Malargüe a Diario, la joven malargüina comentó que durante su mes de estadía en Sanya, todos los días se levantaba a las 4 am para maquillarse y peinarse. Luego desayunaba y comenzaban las distintas actividades. “Las primeras semanas visitamos lugares destacados de la isla y las últimas ensayamos todo el día para el show final”, explicó.
Respecto a la relación con las demás candidatas, dijo que, a pesar de que hablar distintos idiomas, pudo tener contacto con todas. “Las mejores relaciones la tuve con mi compañera de cuarto que era la representante de Colombia y la de Chile que fue como una hermana y hemos formamos una hermosa amistad”, confesó.
En tanto, sobre el reclamo que hizo la organizadora argentina debido a una supuesta “discriminación”, Daniela señaló que hace 11 años que ella envía candidatas a este concurso y piensa que tiene motivos suficientes para hacer reclamos. “No obstante, mi tranquilidad es que deje el alma cada día en este certamen”, remarcó.
En vistas al futuro, ella seguirá siendo nuestra Miss Mundo hasta julio, por lo tanto, afirmó que hasta esa fecha cumplirá con sus compromisos, más allá de que ya tiene algunas propuestas que contará cuando se concreten.
Finalmente, la malargüina afirmó que su balance fue muy positivo ya que vivió una experiencia increíble en donde pudo demostrarse a sí misma que era capaz de más de lo que ella creía.
Asimismo quiso expresar el eterno agradecimiento a su querido pueblo por el cariño que le brindaron, así como a los medios de comunicación que siempre tuvieron un espacio para ella, a la gente que la ayudó para que su participación fuera de excelencia (Alejandro Ferraro, Deborah Bernal, Pepe Benegas, Jorge Fernández) y, por supuesto, a su familia que fue “el pilar para recorrer este gran camino”.