La construcción de la identidad de un pueblo tiene múltiples caras. En el caso de Malargüe, como en muchos lugares de nuestro país, es aún más complejo por la multiplicidad de culturas, visiones, y etapas históricas bien diferenciadas. De algo no tenemos dudas, el ser humano habita nuestra región hace por lo menos 10 mil años. Conocer nuestra historia implica entonces un enfoque de múltiples disciplinas y miradas.

Durante el mes de mayo, gracias al aviso del profesor Nito Ovando, quien fue informado por Pedro Poblete, llega al Centro Regional de Investigaciones y Desarrollo Cultural la noticia de que en Ojo de Agua, al norte de Malargüe, habían aparecido restos óseos humanos en superficie que asomaban a la intemperie. Rápidamente, personal del Área del Arqueología del CRIDC, del Museo Regional Malargüe y del Museo de Historia Regional de San Rafael, fueron hasta el lugar para hablar con la Familia Poblete, dueños del puesto, y resguardar el sitio para que no se siga destruyendo por cuestiones naturales.

Para poder realizar una tarea exitosa, es imprescindible contar con la buena voluntad de mucha gente. En principio de los pobladores locales que lo encuentran y dan aviso, luego de la persona que acerca la noticia al CRIDC, y finalmente de los arqueólogos que dan aviso a la Dirección de Patrimonio Provincial y a la organización territorial Malalweche, para entre todos establecer un plan de trabajo.

Esta colaboración multidisciplinaria hizo posible que unos meses después y durante tres jornadas, arqueólogos y técnicos del CRIDC, Museo Regional Malargüe y del Museo de Historia Natural de San Rafael realizaran un minucioso trabajo para retirar los restos y ponerlos a resguardo.

Por parte del museo de San Rafael participaron los Dres. Adolfo Gil, Gustavo Neme y la licenciada en antropología Eva Peralta. Por Malargüe estuvieron el Lic. Hugo Tucker, responsable científico del CRIDC y los técnicos en conservación de la naturaleza Valeria Aguirre, Karina Díaz y Rolando Poblete. Estuvieron presentes en los trabajos la familia Poblete (Pedro, Genaro, María y Ramón) y el profesor Nito Ovando.

Se encontraron restos óseos humanos en diferentes secuencias de entierro. Esto destaca una importancia cultural, social, ritual y espiritual del territorio. Revela una gran importancia del lugar para las poblaciones preexistentes. Hay entierros múltiples, con restos óseos mezclados; entierros primarios como los que se realizan actualmente; y también hay entierros secundarios. Es decir, preparados con un proceso específico en una práctica ceremonial. La mayoría se encontraban acomodados en una misma dirección de orientación cardinal.

Junto a los cuerpos aparecieron algunas cuentas de collar de malaquita, que podría haber sido extraída de nuestra cordillera, cristales de cuarzo y fragmentos de ónix pulidos.

restos humanos encontrados  (2)

El licenciado Hugo Tucker le relató a Malargüe a Diario: “En el área hay otros sitios arqueológicos, que presentan restos materiales relacionados con actividades diferentes. Es una zona que ha sido ocupada durante miles de años. Fue fundamental el aviso de la gente del lugar para que se conserve el patrimonio y para que se pueda contar una parte de nuestra historia, más allá de pertenecer a un grupo en particular.”

A lo que agregó: “El rescatarlo y estudiarlo es importante, porque en conjunto podemos construir el conocimiento y la identidad de Malargüe, desde los conocimientos del poblador rural, de las comunidades originarias y de los científicos. La identidad y la historia van más allá de la pertenencia étnica o no. Es de todos. Ahora se revaloriza  el territorio y la historia si se hace en conjunto para reconstruir una identidad”.

Actualmente, para realizar estudios a los restos sólo hace falta una porción mínima del material. Se puede hacer el fechado Carbono 14, analizar con isótopos, y no se afectan las muestras como se hacía antiguamente. Con estos análisis, y otros, se puede conocer la dieta, el modo de subsistencia, las patologías y enfermedades, las prácticas mortuorias, la época, la edad, el sexo y hasta se podría hacer un análisis de ADN. Después de los análisis y la investigación, se comienza con el proceso de restitución de los restos a su lugar de origen, que es el proceso de más valor, en conjunto con la población y las comunidades.

Hace unos 20 años, arqueólogos del Museo de San Rafael ya habían encontrado restos humanos en el mismo lugar. En esa oportunidad se pudo hacer un fechado en laboratorio que arrojó un resultado de 1200 años. Tanto en aquel entonces como ahora, se pudo encontrar una importante cantidad de artefactos en rocas de obsidiana y sílice, como puntas de flechas y herramientas.

Todos los actores involucrados, agradecieron la hospitalidad y el recibimiento que les brindaron los Poblete: Genaro, María, Pedro Ramón y toda la familia.

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